Las personas con trastornos del espectro autista (TEA) pueden presentar una amplia gama de características y síntomas. Algunos de los más comunes incluyen:
- Dificultades en la comunicación:
- Retraso o ausencia del habla.
- Uso inusual del lenguaje, como ecolalia (repetición de palabras o frases) o habla pedante (uso de un lenguaje formal y excesivamente detallado).
- Dificultades para iniciar o mantener conversaciones.
- Dificultades para entender el lenguaje no verbal, como expresiones faciales o gestos.
- Problemas en la interacción social:
- Dificultad para establecer relaciones sociales.
- Falta de reciprocidad en las interacciones sociales, como no responder a las emociones o intereses de los demás.
- Dificultades para entender las normas sociales y las señales sociales sutiles.
- Comportamientos repetitivos y restrictivos:
- Movimientos repetitivos, como balancearse o agitar las manos.
- Intereses restrictivos y obsesivos en temas específicos.
- Necesidad de rutina y resistencia al cambio.
- Sensibilidad sensorial, como hipersensibilidad o hiposensibilidad a estímulos sensoriales como luces brillantes, ruidos fuertes o texturas específicas.
Es importante tener en cuenta que la presentación de estos síntomas puede variar significativamente de una persona a otra, y no todas las personas con TEA experimentarán todos estos síntomas. Además, algunas personas en el espectro autista pueden tener habilidades excepcionales en áreas específicas, como matemáticas o música. La detección temprana y la intervención adecuada pueden ayudar a abordar estos síntomas y mejorar la calidad de vida de las personas con TEA.